Chapter 2

1)PORQUE he aquí, aconteció que el Señor habló a mi padre, sí, aun en un sueño, y le dijo: Bendito eres tú, Lehi, por lo que has hecho; y porque has sido fiel, y has declarado a este pueblo las cosas que yo te mandé, he aquí, tratan de quitarte la vida.

2)Y sucedió que el Señor le mandó a mi padre, en un sueño, que partiese para el desierto con su familia.

3)Y aconteció que fue obediente a la palabra del Señor; por tanto, hizo lo que el Señor le mandó.

4)Y ocurrió que *salió para el desierto; y abandonó su casa, y la tierra de su herencia, y su oro, su plata y sus objetos preciosos, y no llevó nada consigo, salvo a su familia, y provisiones y tiendas, y se dirigió al desierto.

5)Y descendió por los contornos cerca de las riberas del Mar Rojo, y viajó por el desierto por los lados que están más próximos a este mar; y viajó por el desierto con su familia, integrada por Saríah, mi madre, y Lamán, Lemuel y Sam, mis hermanos mayores.

6)Y aconteció que después de haber viajado tres días por el desierto, asentó su tienda en un valle situado a la orilla de un río de agua.

7)Y sucedió que erigió un altar de piedras y presentó una ofrenda al Señor, y dio gracias al Señor nuestro Dios.

8)Y al río que desaguaba en el Mar Rojo dio el nombre de Lamán; y el valle se extendía por las riberas del río y llegaba hasta cerca de su desembocadura.

9)Y cuando mi padre vio que las aguas del río desembocaban en la fuente del Mar Rojo, habló a Lamán, diciendo: ¡Oh, si fueras semejante a este río, fluyendo continuamente en la fuente de toda rectitud!

10)Y dijo también a Lemuel: ¡Oh, si fueras tú semejante a este valle, firme, constante e inmutable en guardar los mandamientos del Señor! 

12)Y así era como Lamán y Lemuel, que eran los mayores, murmuraban en contra de su padre; y hacían esto porque no conocían la manera de proceder de aquel Dios que los había creado.

11)Esto habló por causa de la dureza de cerviz de Lamán y Lemuel; pues he aquí, murmuraban contra su padre en muchas cosas, porque era un hombre visionario, y los había sacado de la tierra de Jerusalén, abandonando la tierra de su herencia, y su oro, y su plata y sus objetos preciosos, para perecer en el desierto. Y decían que había hecho esto por motivo de las locas imaginaciones de su corazón.

13)Ni creían tampoco que aquella gran ciudad de Jerusalén pudiera ser destruida conforme a las palabras de los profetas; y eran semejantes a los judíos que estaban en Jerusalén, los cuales procuraban quitarle la vida a mi padre.

14)Y aconteció que mi padre les habló en el valle de Lemuel con poder, pues estaba lleno del Espíritu, al grado de que sus cuerpos temblaron delante de él, y los confundió, de modo que no osaron hablar contra él; por tanto, hicieron lo que él les mandó.

15)Y vivía mi padre en una tienda.

16)Y sucedió que yo, Nefi, siendo muy joven todavía, aunque grande de estatura, y teniendo grandes deseos de conocer los misterios de Dios, clamé por tanto al Señor; y he aquí que él me visitó y enterneció mi corazón, de modo que creí todas las palabras que mi padre había hablado; así que no me rebelé en contra de él como lo habían hecho mis hermanos.

17)Y le hablé a Sam, declarándole las cosas que el Señor me había manifestado por medio de su Santo Espíritu. Y aconteció que él creyó en mis palabras.

18)Mas he aquí, Lamán y Lemuel no quisieron escuchar mis palabras; por lo que, afligido por la dureza de sus corazones, rogué al Señor por ellos.

19)Y aconteció que el Señor me habló, diciendo: Bendito eres tú, Nefi, a causa de tu fe, porque me has buscado diligentemente con humildad de corazón.

20)Y según guardéis mis mandamientos, prosperaréis y seréis conducidos a una tierra de promisión, sí, a una tierra que yo he preparado para vosotros, una tierra escogida sobre todas las demás.

21)Y según se rebelen tus hermanos contra ti, serán separados de la presencia del Señor.

22)Y según tú guardes mis mandamientos, serás puesto por gobernante y maestro sobre tus hermanos.

23)Porque he aquí, el día en que se rebelaren contra mí, yo los maldeciré con penosa maldición, y no tendrán ningún poder sobre tu posteridad, a menos que ella también se rebelare contra mí.

24)Y si tu posteridad se rebelare contra mí, ellos les serán por azote a tus descendientes, para estimularlos a que se acuerden de mí.